A little Hispanic girl, crying and standing next to her mother with her arms wrapped around her waist.

¿Tienes un Hijo Miedoso?

Ayúdalos a pararse en firme, desdoblarse y expresarse – y quizás hasta a rugir un poco.
Ayúdalos a pararse en firme, desdoblarse y expresarse – y quizás hasta a rugir un poco.  

¿Tu hijo a menudo se queda sin disfrutar cuando una experiencia queda fuera de su zona de confort? Ya sea real o imaginario el miedo que lo detiene, la buena noticia es que tú puedes ayudarlo a aprender a hacerle frente a su miedo, a conquistar los nervios y a convertirse en el niño despreocupado y confiado que quisiera ser.

Cómo Identificar Su Gran Miedo
Ayudar a tu hijo a identificar qué le produce temor, y por qué, es el primer paso para hacerle frente a su miedo. Dándole un nombre a lo que sea que le asuste convierte la situación o el objeto en algo real y hace que así sea más fácil de enfrentar juntos. Si no identificas su miedo, tu hijo queda impotente contra ese miedo y su imaginación podría desbordarse y empeorar la situación.

Pero Ronald Rapee, Ph.D., y coautor de Helping Your Anxious Child, asegura que los niños pueden dominar eficazmente su ansiedad y nerviosismo si aprenden a pensar de una forma práctica y realista; lo que él llama “pensamiento de detective”. ¿Cómo se logra? Anima a tu hijo a explorar los pensamientos que lo asustan y a buscar y examinar pruebas que respalden o refuten esos sentimientos.

“Si los niños pueden cambiar sus pensamientos, también pueden cambiar cómo se sienten”, dice Rapee. Para facilitar el proceso, recomienda hacerle tres preguntas claves a tu hijo: “¿Qué pasó para que te asustaras?”, “¿En qué estabas pensando?”, y “¿Qué sentías?”. Una vez que tu hijo te conteste, determinen juntos el grado de temor que él experimentó usando una escala del 1 (muy relajado) al 10 (sumamente preocupado).

Cómo Cambiar su Actitud
Puedes ayudar a cambiar la forma en que piensa tu hijo acerca de un peligro potencial en particular, concuerda James J. Crist, Ph.D., autor de What to Do When You’re Scared & Worried: A Guide for Kids. Él sugiere instar a tu hijo a imaginar qué es lo mejor que podría pasar con referencia a una amenaza percibida, a fin de aplacar la situación y darle un sentido de calma.

“Cuando cambias el interruptor de negativo a positivo, el cuerpo reacciona. Empiezas a sentirte más tranquilo y más fuerte”, explica Crist. “Aunque aún sientas un cosquilleo en el estómago o te suden las manos, podrás pensar con más claridad. Dite a ti mismo: ‘Yo puedo manejar la situación’, y empezarás a sentirte más seguro.” Esta estrategia no sólo funciona cuando los niños están en una situación en que se sienten atemorizados, añade, sino también en otros momentos. “El pensamiento positivo nos puede ayudar… todos los días."

Efecto de Pensar en lo Peor
Por el contrario, hacer que tu hijo imagine lo peor que podría suceder, cualquiera que sea la situación que los atemoriza (como dormir en casa de un amigo por primera vez o hablar delante de su clase), es otra manera de invertir ese interruptor de estar asustado a estar bien.

Pensar a propósito sobre el miedo de forma repetitiva, puede ayudar a desensibilizar al niño de la fuente de su temor, afirma Crist. “Por lo general, la mayoría de los niños tratan de evitar pensar en lo que les preocupa, para sacarlo de su mente. Pero al repetir el miedo una y otra vez, la mente se acostumbra a la idea”. Y explica: “Supón que te pasas el tiempo pensando ‘le tengo miedo a las tormentas, le tengo miedo a las tormentas’, y entonces lo escribes 50 veces. Tal vez empezarías a notar que las palabras ya no parecen tan atemorizantes”. En lugar de escribirlo en un papel, los niños pueden decir las palabras en voz alta en un canturreo, como un mantra, para sentirse más fuertes.

Cómo Edificar su Confianza
Cuando tu hijo comience a salir de su zona de confort, asegúrate de reconocer y premiar incluso los actos más pequeños de valentía. “Al señalar y centrarte en sus éxitos, ayudarás a tu hijo a desarrollar su autoconfianza y a darse cuenta de lo que es capaz”, explica Rapee. “Además de buscar la valentía natural, a veces querrás animar a tu hijo a hacer cosas un poco más desafiantes para él”. Ya sea que utilice una táctica de distracción o enfrente de cara su miedo, debe dársele mérito a su valentía ya sea mediante el reconocimiento y la alabanza o con una recompensa significativa.